Hipertensión Arterial para Pacientes

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Hipertensión arterial sistémica: ¿por qué es importante su diagnóstico y tratamiento?

  • La hipertensión arterial, también llamada presión arterial alta, es un padecimiento crónico en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta sobre sus paredes, lo que puede dañarlos. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Si la tensión es alta, el corazón debe contraerse más fuerte para bombear la sangre

  • Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen arritmias.

  • Propicia la ateroesclerosis (acúmulos de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (lo que inevitablemente causa la muerte).

Cuando las arterias se vuelven rígidas y estrechas, el riego sanguíneo resulta insuficiente y provoca la aparición de embolia (ictus o accidente vascular cerebral isquémico). La elevación de la presión arterial también puede causar la rotura de una arteria y ocasionar una hemorragia cerebral (ictus o accidente vascular cerebral hemorrágico).

La hipertensión causa rigidez en las arterias que suministran la sangre a los riñones. Pero también perjudica al propio riñón, lo que puede desembocar en una insuficiencia renal que incluso requiera diálisis. Por otro lado, si el riñón resulta dañado se puede producir un aumento de la presión arterial.

El diagnóstico se basa en un sencillo procedimiento de medición, aunque en algunos casos son necesarias otras pruebas como el monitoreo ambulatorio de presión arterial. Es imprescindible completar el estudio con un análisis de laboratorio (de sangre y orina) y un electrocardiograma. Para facilitar un diagnóstico es muy importante tener presente estas recomendaciones:

  • La hipertensión arterial puede no producir síntomas y puede pasar inadvertida.
  • Ocasionalmente pueden presentar dolor de cabeza, dificultad para respirar, mareo, dolor de pecho, palpitaciones del corazón, zumbido de oídos y hemorragias nasales.
  • Es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad
  • Hay predisposición familiar, aunque se da también en personas sin antecedentes.

La presión arterial se mide mediante unos aparatos llamados esfingomanómetros, popularmente conocidos como tensiómetros, los cuales son manuales o digitales.  Para pacientes, sugerimos el uso de tensiómetros digitales de brazalete que han demostrado ser mas precisos a la hora de medir la presión arterial.

Para que la medida obtenida sea correcta debes seguir una serie de indicaciones:

  • Como la presión arterial cambia a lo largo del día y de la noche, haz la medición siempre a la misma hora
  • Busca una habitación tranquila, sin ruidos ni interrupciones, con una temperatura de 20-25º C
  • Debes estar relajado. No beber, comer, fumar ni hacer ejercicio físico la media hora anterior.
  • Reposa 5 minutos antes de la toma.
  • Siéntate cómodamente con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, no cruces las piernas y quítate la ropa que pueda oprimirte el brazo
  • Si el tensiómetro es de brazo, coloca el manguito dos o tres centímetros por encima del codo. Deja la palma de la mano boca arriba y el codo ligeramente flexionado a la altura del corazón.
  • No hables durante la medición
  • Realiza dos mediciones separadas al menos dos minutos y quédate con el resultado de la media de ambas
  • Apunta los valores obtenidos para informar a tu médico.
  • Presión arterial normal. Los niveles máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y los de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg.
  • Presión arterial alta. Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg.

Hipertensión: tratamiento y prevención

El mejor tratamiento de la hipertensión es una buena prevención que evite su aparición. Para ello es fundamental seguir un estilo de vida cardiosaludable:

  • No fumar.

  • Evitar el consumo excesivo de alcohol.

  • Controla tu peso. El sobrepeso es una causa de hipertensión.

  • Ejercítate. La realización de ejercicio físico regular consigue bajar las cifras de presión arterial.

  • Disminuir el consumo de sal y alimentos que la contengan. También es necesario consumir frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales.

  • Consultar con su médico para inicio de tratamiento con medicamentos.

La hipertensión arterial no controlada se asocia a complicaciones crónicas que afectan órganos como el corazón, el riñón, la retina y los vasos sanguíneos provocando insuficiencia cardíaca, renal, ceguera, así como eventos vasculares cerebrales. También es un factor de riesgo para presentar un ataque cardíaco (infarto del miocardio).

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